Su nombre en japonés significa «pelar la cascara», ya que es imprescindible pasar por este proceso antes de ser servido. La carne, cubierta por la capa ideal de grasa, tiene una consistencia firme y un sabor refinado, sin ningún olor peculiar. Una lámina fina de kawahagi, reforzada por un trocito de su hígado, producirá un sinfín de matices en el paladar.
Chiba Kanagawa Oita
Otoño tardío-Invierno